viernes, 22 de agosto de 2014

Mi última entrada

¡Muy buenas!

Ésta será, como bien dice el título, mi última entrada en este blog. Así pues, intentaré ser conciso y elegir con precisión cada palabra.


Mi primer post data del 30 de octubre de 2008. Es decir: ya hace prácticamente seis años que abrí esta bitácora. Casi nada.

Paralelamente a mi evolución personal, este blog fue cambiando y de la misma manera lo hicieron las reflexiones y palabras que en él fui volcando. Empecé siendo irónico, cáustico y bastante más arrogante que hoy en día, pero el tiempo y las hostias se han encargado de irme poniendo en mi lugar. Así pues, se puede apreciar una enorme diferencia entre las primeras y las últimas entradas: los años no pasan en balde...


A lo largo de este viaje, ha habido un poco de todo: grandes momentos, caídas, errores de los que todavía me arrepiento, otros de los que ya he pasado página... Y, por el camino, he plasmado aquí tanta variedad de contenidos como he podido: noticias, críticas, curiosidades, entrevistas... Siempre intentando ser, ante todo, ser fiel a mí mismo y escribir sin filtro.

Ahora siento que esta etapa ya ha dado de sí todo cuanto podía dar: el formato escrito, sinceramente, se me queda corto y, sin embargo, me roba más tiempo del que dispongo.

Por tanto, considero apropiado dar por concluida mi andadura en este blog personal e imperfecto, al que he alimentado durante tantos años y que ya forma parte inseparable del camino que he recorrido en este tiempo.


Asimismo, dará comienzo una nueva aventura: un videoblog en YouTube que dará comienzo el próximo lunes 1 de septiembre. En él, pretendo compartir reflexiones sobre la realización audiovisual, los contenidos publicitarios, cómo trabajar con actores, trucos para edición de vídeo y audio… En resumen, un vlog sobre audiovisuales que no se limite al mero tutorial, sino que resulte divertido y ameno y contagie mi pasión por este mundillo a todo aquel que lo vea.

Todo se resume en que, sea de la manera que sea, quiero seguir expresándome y compartiendo contenidos con tod@s vosotr@s. Hasta entonces, solo me queda daros las gracias por haberme leído en todo este tiempo, y deciros una última cosa: no limitéis vuestra creatividad, y jamás os bloqueéis delante de esa enorme página en blanco (siempre por escribir) que es la vida.

En resumen: nunca dejéis de soñar.

domingo, 10 de agosto de 2014

¿Cómo se dirige a un actor?

Ésta es una entrada que llevaba mucho tiempo queriendo escribir, pero por mil razones (trabajo, proyectos, falta de tiempo y/o de inspiración...) la he ido procrastinando. Hasta hoy.

En cada rodaje de ficción que llevo a cabo, acabo aprendiendo algo nuevo. Y es que trabajar con actores, ante todo, es trabajar con personas.


Sí, sé que parece una obviedad, pero he visto de todo en cuanto a directores/as se refiere. ¿Conocéis la frase "Los actores deben ser tratados como ganado", de Alfred Hitchcock? Os sorprenderíais de la cantidad de cineastas cuyas obras mueren porque son incapaces de comunicarse y de trabajar con personas, y porque no prestan la debida atención a algo tan importante como la dirección de actores.

Los actores no son máquinas. No pueden saber lo que el director espera si no se les dan las instrucciones adecuadas a su debido tiempo. Y no solo eso: el director puede decir lo que quiere, gritar órdenes a diestro y siniestro... Pero si no logra conectar con las necesidades de cada actor, trabajar individualmente con cada uno y, sobre todo, ser muy proactivo y dejar su ego a un lado, no habrá manera de que el director logre lo que busca: simplemente, no funcionará.


Particularmente, a lo largo de los años que llevo trabajando con actores e interpretando yo mismo, me he encontrado con distintos perfiles en ese aspecto. Estos son algunos de dichos perfiles; cada uno representa una manera distinta de trabajar, con sus particularidades, y hay que tener en cuenta los siguientes elementos si queremos trabajar a gusto con esa persona y ayudarla a obtener la mejor interpretación que pueda ofrecer:

  • Novatos: Dentro de esta categoría, no solo entrarían los actores que acaban de comenzar, sino también todos aquellos que pertenezcan al sector amateur o tengan poca o ninguna formación. Por lo general, suelen tener muy buenas intenciones y ponerle muchas ganas, pero no se les puede ni se les debe dirigir igual que a un intérprete veterano o con mucha formación. ¿Por qué? Básicamente, porque ese tipo de instrucciones suelen resultarles demasiado complejas: no se puede jugar a dirigirles pidiéndoles "ahora hazlo más pequeño", por así decirlo, sino que hay que explicarles las cosas mucho más claras y a un nivel más terrenal, sin vaguedades. Esto no quiere decir que den peor resultado, ni mucho menos: ofrecen un tipo de verdad muy distinto, menos técnica y más sincera, y si sabes cómo tratarles pueden dar excelentes resultados. El último ejemplo de esto lo he encontrado dirigiendo a la gran Nancy Laffita en "Dejando Huella (Leaving Traces)": pese a que tenía poca experiencia dramática y venía con muchas dudas, entre ambos trabajamos de manera muy cercana y así fue como logramos una gran interpretación por su parte.
  • Perfeccionistas: Este tipo de actor controla, o busca controlar absolutamente todos los aspectos de la producción que está rodando: no solo quiere milimetrar cada aspecto de su acting, sino que también suele permitirse pedir al director rodar más tomas si siente que no ha quedado como él esperaba, y supervisar los planos rodados e incluso escuchar los audios. Suelen tener bastante formación y/o muchas tablas, y están curtidos; por tanto, debido a su experiencia y a su perfeccionismo, a veces les resulta difícil confiar al 100% en el criterio del equipo que lleva a cabo la producción. Por tanto, hay que encontrar un equilibrio entre firmeza (sobre todo, para que el rodaje se agilice y llegue a cumplirse en el tiempo acordado) y flexibilidad: rodar con este tipo de actor no es agradable si te cierras en banda y te comportas como un tirano, pero si aprendes a escucharles, les permites que te digan cuándo creen que algo funciona o no, y trabajas codo a codo con ellos, los resultados pueden ser maravillosos.
  • Herméticos: En este caso, es muy difícil saber cómo se sienten, cuál es su forma de trabajar, si están a gusto en el rodaje o si tienen ganas de acabar cuanto antes... Por una razón o por otra, les cuesta horrores expresarse y compartir su estado interno. Trabajar con alguien así, más aún en algo tan emocional e interno como la interpretación, es muy difícil: hay que hacer el doble de esfuerzo a nivel comunicativo, tener mucha paciencia y ser observador. ¡No se trata tanto de lo que te digan o te dejen de decir, sino de confiar en tu instinto y ser persistente!
  • Nerviosos: Algunos actores y actrices, bien por falta de experiencia, carencia de formación/tablas, o bien por complejos propios, llegan al set de rodaje temblando como un flan. Por lo general, se trata de personas que se presionan a sí mismas por el resultado que obtendrán a través de su trabajo: ¡no hay mejor asesino de la creatividad que las presiones internas! Por tanto, la mejor solución es obligarles a jugar, a crear y a dejar de concentrarse tanto en lo que puede salir mal. Para ello, se puede recurrir a una herramienta tan rudimentaria pero útil como es decirles que hagan el acting lo peor que puedan: no solo se suelen relajar y les alivia la presión del momento, ¡sino que el peor acting que hagan tendrá, probablemente, más verdad que cualquier interpretación atropellada y limitada que ofrezcan inicialmente por sus nervios! A partir de ahí, una vez hayáis echado unas buenas risas, todo será más fluido y se puede empezar a crear con menos tensión. Maneras hay muchas, pero la clave siempre es conseguir que se relajen. A fin de cuentas, actuar es jugar, dar vida a algo.


En resumidas cuentas, todo se reduce a escuchar (escucha activa, cualquier otro modo de escucha no cuenta), y a no olvidar lo fundamental: que trabajar con actores es trabajar con personas. El trato humano y la cercanía son indispensables, a no ser que pretendas que se cierren en banda, que no entiendan lo que estás buscando, o que el rodaje se convierta en un infierno. A fin de cuentas, crear no es solo buscar un resultado: ¡se trata de hacer el proceso agradable y llevadero para todo el mundo, no solo para ti mismo!