lunes, 10 de mayo de 2010

"Un ciudadano ejemplar"



Que no os engañe su nombre. F. Gary Gray, por más que suene a pseudónimo de rapero gangsta de tres al cuarto, es en realidad un competentísimo y ya consolidado artesano de acción y suspense, que nos ha regalado joyitas como "Negociador" (increíble duelo interpretativo entre Kevin Spacey y Samuel L. Jackson) o "The Italian Job" (infravalorado y estupendamente rodado remake de la cinta protagonizada por Michael Caine, cuya única lacra es la floja interpretación de Mark Wahlberg como protagonista y quizás la ausencia del humor inglés que convirtió a la original en un clásico), y cuyo único patinazo fue la mediocre "Diablo" (2003), una flojísima película de venganza protagonizada por Vin Diesel en su habitual gesto pétreo (recomiendo, a aquellos que queráis ver a este actor en un registro distinto, que visionéis "Declaradme culpable", de Sydney Lumet). Incluso "Be Cool", intrascendente secuela de "Como conquistar Hollywood" (de Barry Sonnenfeld) hecha a mayor gloria de John Travolta y Uma Thurman (sí, volvieron a bailar juntos para este film), estaba filmada con buen ritmo y una agradecida dosis de humor.

Así, en 2010, llega a nuestras pantallas "Un ciudadano ejemplar", thriller de acción con denuncia social que iba a ser dirigido por Frank Darabont ("La Niebla", "La Milla Verde") pero que acabó cayendo en manos de Gray. La premisa de la que parte es muy prometedora: un honrado padre de familia, Clyde Shelton (sorprendente Gerald Butler), presencia el brutal asesinato de su familia durante un robo a mano armada en su hogar. Al no hacerse justicia durante el juicio debido a una laguna legal, su abogado, Nick Rice (flojísimo Jamie Foxx, de lo peor de la cinta), debe llegar a un acuerdo con uno de los asesinos para poder condenar a muerte al otro. Descontento con el resultado del juicio y resentido contra el sistema judicial de los Estados Unidos de América, Clyde decide organizar una encarnizada venganza contra los asesinos de su familia... y contra el propio sistema.

El problema de esta película es que en ningún momento el guión logra estar a la altura de su magnífico argumento. No en vano, en cuanto se saca al guionista Kurt Wimmer ("Equilibrium", "Ultravioleta") de la acción adrenalítica y del estruendo y se le pone en un territorio más reflexivo y moralmente ambiguo, parece entrarle miedo. Dicho miedo (a seguir con el desarrollo de la historia de una forma coherente, a defender un mensaje ético hasta las últimas consecuencias) es el que acaba ahogando la trama, convirtiendo lo que podría haber sido una de las cintas de suspense más maduras y uno de los mensajes al sistema más escalofriantes de los últimos años en un simple artefacto hollywoodiense: explosiones por aquí, carrerita por allá, el héroe intentando salvar el día...


No os voy a engañar: la he disfrutado. Su ritmo es trepidante; la dirección de Gary Gray, magistral en todo momento, con una preciosa dirección de fotografía acompañando; el montaje, virtuoso (alcanzando cotas de genialidad durante el montaje paralelo entre un recital de música infantil y una ejecución más dolorosa de lo esperado); y la banda sonora de Brian Tyler acompaña perfectamente a la narración. Todo ello, junto con un par de acertados giros argumentales (no todo van a ser pegas en cuanto al libreto), contribuyen a sumergirnos durante una hora y tres cuartos en las peripecias del letrado Rice por poner fin al maléfico plan de Shelton.

Pero todos estos factores acaban resultando insuficientes para levantar la calidad de esta película a partir del momento en que renuncia a ser una eficaz y tensa cinta de intriga para convertirse en un intento de "soy el no va más". Cuando Clyde Shelton, excelente villano durante la mayor parte del metraje y genialmente interpretado por Butler, pasa a ser una mezcla entre el Joker de "El Caballero Oscuro" (con un plan doscientas veces más rebuscado y mil veces más inverosímil), McGyver y Mortadelo, toda la tensión creada previamente se viene abajo y lo único que nos queda es ver como la trama se resuelve de forma incoherente y absurda, ahogando lo que prometía ser una denuncia al sistema penal con todas las de la ley (nunca mejor dicho).


Por no hablar de la paupérrima interpretación de Jamie Foxx como protagonista. Su personaje en todo momento parece ahogado por el magnífico villano de la película, por las circunstancias, y por su incapacidad para poder hacer algo al respecto de los acontecimientos que se ve obligado a presenciar. Con un líder de reparto así, más hubiese valido que la cinta se basase enteramente en Clyde Shelton, dejando a Nick Rice relegado a un papel secundario.

En resumen, "Un ciudadano ejemplar" es un entretenido film, espectacular en cuanto al apartado visual y con un villano de bandera, pero muy perjudicado por sus pocas ganas de trascender y la cobardía de la que hace gala a la hora de darle un final a la historia. Se puede ver, y no da la sensación de haber perdido el tiempo (aunque el plan de Shelton desafíe a toda lógica y credibilidad), pero podría haber dado mucho más de si.

Valoración final: 5,5/10
Nota de la B.S.O. (Brian Tyler): 7/10

jueves, 6 de mayo de 2010

Minicríticas y una sorpresa para redondear


¡Buenas!

Para poner un poco al día este blog en cuanto a comentarios cinematográficos, y también con el propósito de aligerar un poco los contenidos de esta bitácora, he decidido estrenar un nuevo formato, que espero usar más a menudo de ahora en adelante: las minicríticas.

No voy a entretenerme/os explicando en qué consisten: su nombre ya lo indica claramente. Me limitaré a dar comienzo a este nuevo formato con la esperanza de que sea bien recibido y de que me sirva para dar de forma breve y concisa mi punto de vista sobre ciertos films que he tenido el placer/disgusto de ver estos últimos días/semanas/meses.


-Invictus: Ideal para hacerte sentir buen rollo al llegar sus títulos de créditos finales, y rodada con el pulso y la maestría clásica que Eastwood demuestra película tras película. Interpretaciones muy convincentes tanto por parte de Freeman (nacido para interpretar a Mandela, sin duda) como de Damon (en un registro pocas veces visto en este actor). Pero esta película tiene un gravísimo problema: en ningun momento llega al corazón del espectador. Lo intenta, pero nunca llega a dar en el blanco. Una gran oportunidad perdida. Eso sí, ojalá todas las oportunidades estuvieran tan bien contadas como esta. Atención a la subtrama de los guardias de seguridad de Mandela.

Puntuación: 6,5/10

-The Lovely Bones: Precioso anuncio de compresas de dos horas (música chill out incluida). Me sobra el personaje de Susan Sarandon (completamente perdida en un registro histérico que no es el suyo). Me sobra ñoñería. Me sobran efectos digitales (Jackson, intenta olvidar que dirigiste "El Señor de los Anillos" cuando me cuentes un drama intimista sobre la muerte). Me sobran escenas ridículas. Me sobra ese final digno de episodio de "Los Simpson". Me falta entender las motivaciones de los personajes (llegando a un extremo demencial el comportamiento errático de Abigail Salmon, interpretada por Rachel Weisz en piloto automático). Me falta que las maravillosas interpretaciones de Saoirse Ronan y Stanley Tucci no se vean engullidas por un guión horrible. Me falta una historia coherente con un desenlace satisfactorio. Me falta una película. Me sobra un precioso anuncio de compresas de dos horas.

Puntuación: 4/10


-Shutter Island: Impecable mezcla entre thriller psicológico, terror, novela pulp y cine negro del de toda la vida (con detectives de ceño fruncido, sombrero y gabardina), además de un gran homenaje a la filmografía de Alfred Hitchcock (esos guiños a "Psicosis" y a "Vértigo" no pueden ser casuales) y una muestra del Scorsese más desatado que recuerdo haber visto en años. Sobre DiCaprio, solo puedo decir que carga una película de lo más difícil sobre sus hombros, y que sale más que airoso del reto a través de una destacable interpretación; le ayuda mucho el hecho de contar con Ben Kingsley, Max Von Sydow o Mark Ruffalo secundándole, y esas geniales apariciones estelares de Patricia Clarkson y Jackie Earle Haley. A esto unid un montaje trepidante y espectacular (eso sí, no exento de gravísimos errores de raccord), una magnífica fotografía y una espeluznante banda sonora, y obtendréis uno de los films más disfrutables y adictivos que veréis en mucho tiempo.

Puntuación: 9/10

Y, ya para acabar, os dejo un pequeño adelanto de mi cortometraje (de próximo estreno, esperemos que en junio) "Carson & Morrison: Patrulla de Rescate". ¡Espero que os haya gustado el artículo y el poster!



lunes, 3 de mayo de 2010

"Iron Man 2"


En 2008, los hastiados espectadores de blockbusters basados en cómics (poseedores, por lo general y salvo honrosas y agradecidas excepciones, de un nivel cualitativo mediocre tirando a bajo) tuvimos el placer de contemplar como la (en aquel momento) nueva filial cinematográfica Marvel Studios (desligada de cualquier major en temas de producción, no así de distribución), junto con Paramount Pictures, nos traía la estupenda "Iron Man", un completísimo film que nos mostraba a la perfección los orígenes del Hombre de Hierro (alter ego de un Tony Stark maravillosamente interpretado por Robert Downey Jr.) y sus primeras hazañas contra sus enemigos.

De ritmo trepidante e impecable factura técnica, el film se sostenía fundamentalmente gracias al intercambio de frases lapidarias y muletillas semi-improvisadas (no en vano, Jeff Bridges admitió que la película se rodó prácticamente sin guión), un toma y daca constante que, sin embargo, no ralentizaba el ritmo del metraje (al contrario, incluso contribuía a amenizarlo) ni restaba importancia a la trama principal ni a ninguna de las subtramas. Únicamente se le podría achacar el error de casting que supone Terrence Howard como el Coronel Jim Rhodes (no se me ocurre un actor menos apropiado para el papel) y la ausencia de un clímax final como es debido (la batalla final contra Obadiah Stane es de todo menos emocionante), pero, a nivel general, se trata de una película canónica que puede y debe servir de ejemplo sobre como crear un blockbuster sin insultar a la inteligencia del espectador.

Valoración de "Iron Man": 8,5/10

Con este precedente (muy difícil de superar para cualquier secuela que se precie) y dos años más tarde, llega a nuestras pantallas la esperada como agua de mayo (nunca mejor dicho) "Iron Man 2".


Al salir de la sala, me doy cuenta de que esta secuela me ha generado sensaciones encontradas: por un lado, he disfrutado como un enano con su mezcla de acción, comedia, drama, suspense y guiños al universo Marvel; pero, por el otro lado, me doy cuenta de que la historia que sostiene esta cinta es endeble hasta el punto de que, a poco que meditemos sobre lo anteriormente visto, podemos desmontarla por completo, y que el ritmo cojea a partir de la excelente primera media hora (todo un ejemplo a la hora de sintetizar presentación y desarrollo de personajes, tramas y subtramas para luego dejar estallar la acción) y no remonta hasta los últimos 40 minutos.

Así pues, intentaré valorarla con la mayor frialdad que sea posible: comenzando exactamente en el mismo punto donde acabó la primera parte (con Tony Stark haciendo público que es Iron Man ante el mundo entero), el argumento gira en torno tanto a la venganza orquestada por Ivan Vanko (Mickey Rourke, sencillamente lo mejor de la película) contra Stark y todo lo que representa, como en torno al maléfico plan del comerciante de armas Justin Hammer (Sam Rockwell) para hundir el imperio del protagonista con su ejército de armaduras. Sumad a este cóctel el hecho de que Stark se está muriendo lentamente por radiación en la sangre, que su ego y alcoholismo van en aumento conforme se le acaba el tiempo de vida, y que Nick Furia pone todos sus esfuerzos en reclutarle para la iniciativa de los Vengadores. La cosa promete, ¿verdad?

Bien, pues precisamente ahí está el problema: hablamos de, como poco (y porque no os he destripado todas las subtramas que van apareciendo a lo largo de la cinta), cinco tramas. Dos de ellas (la de los villanos Vanko y Hammer) están perfectamente unidas hasta quedar como una sola, pero llega un punto en que las demás subtramas quedan como irrelevantes dentro del conjunto y no llegan a ser desarrolladas como es debido (imperdonable que goce de más tiempo en pantalla una fiesta privada que el conflicto interior de Tony causado por el cariño que su padre nunca le demostró en vida). De esta forma, las escenas parecen acumularse y el ritmo decae llegados a cierto punto del metraje.

Aun así, hay que reconocer que todo el mundo en esta producción ha hecho, en general, un buen trabajo: tanto el apartado técnico (en el que destacan por méritos propios los maravillosos efectos especiales) como el reparto contribuyen a que nos sumerjamos de lleno en la narrativa y salgamos satisfechos de la sala. Porque de lo que no cabe ninguna duda es de que "Iron Man 2", pese a ser inferior a su predescesora (tampoco lo tenía nada fácil), es espectacular, más que entretenida y sigue representando un tipo de blockbusters que ya apenas existen: las superproducciones que no renuncian a contar una buena historia. Pese a no desarrollar tan bien como sería deseable los conflictos interiores del protagonista ni justificar bien qué motivos lleva a Ivan Vanko a enfundarse la armadura con látigos eléctricos para matarle, se agradece el esfuerzo llevado a cabo por plantear temas y cuestiones morales que la inmensa mayoría de cine superheroico ni se molesta en plantear.


A esto sumad una agradecida sencillez en la labor de dirección de Jon Favreau (que contribuye a hacer más ameno el metraje y a no sobrecargar las escenas de acción, permitiéndonos en todo momento ver lo que pasa) y el hecho de que personajes de los cómics como Pepper Potts o "Happy" Hogan (interpretado por el propio Favreau) gocen de mayor protagonismo que en la primera entrega y aligeren los momentos en que Iron Man no aparece en pantalla.

Sumado a muy destacables interpretaciones por parte de Downey Jr., Cheadle (inmejorable reemplazo de Terrence Howard como Jim Rhodes), Paltrow, Rourke e incluso Rockwell (pese a que su personaje es un tanto cargante), con la excepción de Johansson (que aquí se limita a dar cuatro volteretas y patadas y a hacer de florero, sinceramente), lo que nos queda es la superproducción más disfrutable que he visto en una sala de cine desde "Sherlock Holmes" (casualmente, también protagonizada por Downey Jr.). Mi consejo es que vayáis al cine con la mente abierta y las expectativas bajas; saldréis sorprendidos.

Lo mejor: Un buen reparto dando lo mejor de si mismo (repito, excepto Scarlett Johansson), efectos especiales de vanguardia, mucho entretenimiento y un guión más trabajado de lo que podríamos presuponer a una producción de este calibre. Downey Jr. de nuevo se luce como Tony Stark. Mickey Rourke como villano es una gran sorpresa. Y, por supuesto, todo el clímax final, muy superior al de "Iron Man".

Lo peor: Cierto bajón en el ritmo a partir de la primera media hora y un par de escenas sobrantes (la de la fiesta en su totalidad y la de los fresones). De haber definido más las motivaciones del villano Ivan Vanko y haber ahondado más en los conflictos internos de Tony Stark, probablemente estaríamos hablando de una secuela muy superior a la original.

Valoración final: 7/10

Nota la B.S.O. (John Debney): 6,5/10