sábado, 7 de agosto de 2010

"Origen"


Ya no me cabe la menor duda: Christopher Nolan es, a mi juicio, el mejor cineasta de su generación. Inicialmente aprendiz de la escuela surrealista en su tradición más lynchiana (así lo atestigua su cortometraje de estudiante "Doodlebug"), pronto se creó un estilo propio, un sello de autor con su nombre impreso a fuego vivo: todas sus obras comparten unos personajes protagonistas marcados por un fuerte sentimiento de culpa y un terrible apego a un pasado mejor, marcados por un trauma familiar y con el deseo de sobreponerse a dicha culpabilidad y salir adelante pese a todo. Desde "Following" (el primer largometraje de Nolan, claro predescesor de la genial "Memento"), este cineasta británico no ha dejado de sorprendernos con ninguna de sus creaciones (sí, tengo en muy buena estima incluso a su película más floja, "Insomnio", que, en mi opinión, es un thriller muy por encima de la media en todos los aspectos). En 2010, uno de los años cinematográficamente más flojos que se recuerden (por nuestras pantallas hemos visto pasar infinidad de remakes estúpidos y sin gracia, secuelas que en ningún caso hacían justicia a la primera entrega y promesas incumplidas en cantidad industriales), nos hace llegar su última obra, "Origen". ¿Estaría a la altura de las expectativas después del impacto que supuso, en todos los sentidos, esa maravilla llamada "El Caballero Oscuro"?

La respuesta, en mi caso, es un sí entusiasta y rotundo. Todavía estoy dándole vueltas. Todavía estoy perplejo. Todavía estoy exhausto. Y, por encima de todo, todavía estoy alucinando con la experiencia que tuve el placer y el honor de presenciar ayer por la tarde.

No puedo daros detalles. De ningún tipo. Esto no es una crítica. Es una invitación. Una invitación a que salgáis corriendo de vuestras casas, a que dejéis todo cuanto estéis haciendo y a que acudáis en tropel a la sala de cine más cercana que tengáis a mano y veáis "Origen".

No solo es una firme y clarísima candidata a la mejor película en lo que va de año, sino que, además, contiene el montaje más enloquecidamente calculado que he visto en años, capaz de condensar enormes cantidades de información narrativa y, al mismo tiempo y sin darnos margen para parpadear siquiera, asombrarnos con una aventura mayor que la vida, mayor incluso que el mundo de los sueños.

En el séptimo arte, hay dos formas de entender y visualizar los sueños. Una manera es viendo la filmografía de David Lynch. La otra es viendo "Origen", de Christopher Nolan. Compro ambas. Solo que la de Nolan la compro una y cientos de miles de veces más si hace falta.

Juzgad y opinad por vosotros mismos, pero, ante todo, dejaos llevar por la magia. ¡Lo que Nolan os va a ofrecer en este film no tiene precio!

Valoración: 10/10

Nota de la B.S.O. (Hans Zimmer): 8/10

3 comentarios:

Rafa dijo...

Ayer fui a verla con hambre. ME gustó, me gustan este tipo de películas, me gusta Nolan pero cuando empiezo a darle más y más vueltas encuentro muchos detalles a los que no soy capaz de dar una explicación,... no sé qué pensar, tengo muchas preguntas sin respuesta y aunque como bien dices es un espectáculo que se disfruta, cuando empiezo a intentar encajar todas las piezas, las cosas no me cuadran y me da rabia a)no entenderlas porque soy retarded o b)que Nolan nos haya hecho algunas trampas

Pero sí, es una película de ciencia ficción de las que marcan una diferencia, una mezcla de Matrix (como se esperaba) y Dark City que sigue profundizando en la pregunta subyaciente a todo el cine de Nolan - "¿qué es real?"

Tendré que verla algunas veces más y espero llegar a satisfacer todas mis preguntas para poder afirmar que es una obra maestra.

Jonatan dijo...

Origen es una de las pocas películas que te dejan exhausto. Sales del cine con una vaga idea de lo que ha pasado, tienes ganas de volver a entrar y volver a verla (y eso que dura 148 minutos de nada). La trama pasa volando, te deja pegado a la butaca con ganas de entender cada diálogo, cada detalle, cada escena, cada imagen. Nolan ha superado incluso a Memento que es de las pocas películas que no dejarías de ver una y otra vez.

Cada personaje de Origen tiene su historia, cada historia tiene su otra historia, todo está entrelazado de una manera que engancha y mucho. Es un thriller de ciencia ficción cojonudo (perdón por la expresión), realmente te deja con un gran sabor de boca. Te sientes orgulloso del precio de la entrada, incluso te parece barata por lo que has visto.

En fin que esto es ARTE CINEMATOGRÁFICO y con mayúsculas.

Efrayn dijo...

Lo siento, David, pero me temo que a mi criterio no le doy el aprobado al final... :-S

A mí me encantan las cosas rebuscadas que te amntienen la menta activa y en suspense... "películas de pensar" como las llamamos. Pero si está justificado.

Y "Origen" creo que es pretenciosa y adornada, o incluso sobrecargada.

La veo del perfil de "hagámos una película de pensar pero que no deje de ser comercial para poder conseguir éxito en taquilla, ya que ahora soy un director cool y quiero enseñar mi lado inteligente y elaborado".

El mismo error para mi gusto de "Paprika", de Satoshi Kon, un genio de los laberintos argumentales, pero que para dicha película y dada la fama ya conseguida, pareció hacerse comercial y masticada en comparación de sus trabajos anteriores.

Por tanto, esa sensación de no entender nada, que por lo visto hemos tenido más de uno viéndo "Origen", en mi opinión te la da el hecho de que está mal resuleta o diréctamente viene del error de que buscas más de lo que hay, y no de que el director sea más inteligente que tú.

Juega a crear la sensación de algo complejo, pero cuando consigues unir las piezas, primero sientes la alegría de "entnder", y luego la frutración de ver que lo que había que entender no era para tanto.

Es como coger "Los tres cerditos" y desmontarla como un rompecabezas, convirtiéndola en una thriller que se te complica solo porque las piezas están inconexas, pero cuando resuleves el puzzle, siguen siendo "Los tres cerditos".

Realmente me parece un buen ejemplo compararla con "Memento", pues ambas comparten un modo de narrativa original, pero te das cuenta que no hay historia en sí, pues la historia existe solo para hacer una oda a dicho método técnico-visual de la narración.

Lo dicho, pretenciosa. Pretenciosa y visual.
Pero para quedarme con cosas visuales de alta factura, pues prefiero "Avatar", que tampoco goza de un gran argumento y es más regalada en detalles.

Lo único encomiable es el mecanismo lioso del universo de los sueños, pero teniéndo en cuenta que ya lo había visto en la mencionada "Paprika", me desmerce la falta de originalidad en el único punto en la que podría ensalzar.

De cualquier modo es interesante, y está claro que si no le doy el aprobado es por la premisa de "gran película", de no tenerla quizá me habría gustado más al no tener que evaluarla tan minuciosamente...