jueves, 31 de diciembre de 2009

2009: Balance personal

¡Muy buenas!

Dado que es fin de año, y todos/as tenemos cosas mejores que hacer que leer un post demasiado extenso, seré breve y conciso:

2009 ha superado con creces, en muchos sentidos, a 2008. Ha sido un año repleto de novedades, sorpresas y cambios, algunos positivos, otros no tanto.

En general, el balance que hago del año que dejamos atrás esta noche es muy positivo, pese a algunos factores personales negativos que perjudican el buen sabor de boca que me ha dejado 2009. Sin entrar más en detalles, lo resumiré en varios puntos:

-Empezar el año a lo grande: el estreno de mi primer largometraje, "El Deseo Final", en la Facultad de Ciencias de la Comunicación Blanquerna (sigo debiéndole mucho a Fernando de Felipe, profesor de dicha facultad, jefe del Departamento de Comunicación y guionista de películas como "Darkness", de Jaume Balagueró). Un aula a oscuras, el público en silencio (ocasionalmente reaccionando ante determinadas escenas o comentándolas), la película proyectada en una pantalla enorme con un potentísimo equipo de sonido... Nunca había sentido algo así: ese estreno marcó un antes y un después en mi vida, sin duda alguna.

-Mi primera incursión en el mundo profesional de la comunicación (breve y modesta, huelga decir), que me enseñó más sobre el periodismo de lo que podría haber hecho ninguna facultad.

-Además, ha sido un año muy activo en cuanto a proyectos para mi: después de "El Deseo Final", llegaron el cortometraje cómico "Una copa por la mañana", un documental de 13 minutos titulado "De Manchester a Silicon Valley: Un recorregut pel 22@barcelona" (próximamente disponible en su página web) y el corto de acción interactivo "Running Out" (una iniciativa mucho más compleja de cuantas había llevado a cabo, especialmente en lo referente a conectar sus fragmentos entre si).

-En lo personal, ha habido de todo: despedidas, tristeza, contacto mantenido desde la distancia, presentaciones, personas maravillosas a las que he tenido el placer de conocer este año, nuevos aires y ambientes, nuevos retos, metas cumplidas, y otras tantas que han quedado por cumplir.

Ya para acabar, me gustaría dar las gracias tanto a todos los que habéis estado a mi lado a lo largo del año, como a los que he conocido en mi nueva etapa de vida, pasando por los que seguís conmigo desde hace ya largo tiempo. Cada uno de vosotros es único y una pieza insustituible en mi particular rompecabezas vital, y por eso, os deseo un 2010 cargado de buenas nuevas y alegrías.

Hasta siempre, y Feliz Año Nuevo

martes, 29 de diciembre de 2009

Lista para acabar el año -- Lo mejor y lo peor de 2009


El año pasado, en la versión perteneciente a finales de 2008 que publiqué en este mismo blog, dije que dicho año había sido, tanto en lo personal como en lo profesional, (cito textualmente) "el año más interesante y/pero estresante de mi relativamente corta existencia".

Un año más tarde, mi existencia ya no es tan relativamente corta, pero puedo decir, sin temor alguno a exagerar o a equivocarme, que nunca había vivido un año tan convulso y emocionante (en todos los aspectos) como este 2009. No me extenderé en este tema, ya que mañana pienso dedicar un post únicamente para explicar por qué este año ha sido único en mi vida.

La razón de ser de este post es compartir con vosotros mi particular ranking cinematográfico de este año. 2009, en el terreno cinematográfico, no ha sido especialmente jugoso; de ahí que, para mi gusto, "Gran Torino" y "Up" se convirtieran, desde su mismo estreno y sin contestación alguna por parte de ningun otro film estrenado este año, en las mejores películas de mi ranking anual.

Sin embargo, de entre la mediocridad imperante en el panorama cinematográfico de este año (y la putrefacta hediondez de ciertos estrenos), han surgido muy gratas sorpresas. Así pues, doy paso al ranking:

-Imprescindibles

Gran Torino (Clint Eastwood) 10/10

Up (Pete Docter, Bob Peterson) 9/10

Déjame Entrar (Tomas Alfredson) 9/10

Moon (Duncan Jones) 9/10

Donde viven los monstruos (Spike Jonze) 9/10

-A destacar

Avatar (James Cameron) 9/10

Celda 211 (Daniel Monzón) 9/10

Distrito 9 (Neil Blomkamp) 8,5/10

Revolutionary Road (Sam Mendes) 8,5/10

El curioso caso de Benjamin Button (David Fincher) 8,5/10

-Se quedaron a medias (Desperdiciaron un gran potencial)

Terminator: Salvation (McG) 7/10

Slumdog Millionaire (Danny Boyle) 6/10

The Reader (Stephen Daldry) 6/10

Anticristo (Lars Von Trier) 5,5/10

Algo pasa en Hollywood (Barry Levinson) 5/10

-Lo peor

La saga Crepúsculo: Luna Nueva (Chris Weitz) 4/10

Crank II: Alto Voltaje (Mark Neveldine & Brian Taylor) 3,5/10

El Mundo de los Perdidos (Brad Silberling) 3,5/10

X-Men Orígenes: Lobezno (Gavin Hood) 3/10

Shorts: La Piedra Mágica (Robert Rodríguez) 2,5/10

-Mención especial (Agradables sorpresas)

Star Trek XI (J.J. Abrams) 8/10

La Duda (John Patrick Shanley) 8/10

Adventureland (Greg Mottola) 7,5/10

Malditos Bastardos (Quentin Tarantino) 7,5/10

El Desafío: Frost Vs. Nixon (Ron Howard) 7,5/10

-Mención especial (Abominaciones en estado puro)

Spanish Movie (Javier Ruiz Carrera) 2,5/10

2012 (Roland Emmerich) 2/10

Mentiras y Gordas (Alfonso Albacete & David Menkes) 2/10

Alvin y las ardillas 2 (Betty Thomas) 2/10

Dragonball: Evolution (James Wong) 1,5/10


viernes, 25 de diciembre de 2009

La digitalización del cine: la nueva era del séptimo arte

En este artículo me gustaría reflexionar, en plenas Navidades y antes de dar por concluido este año 2009, acerca del imparable proceso de digitalización del cine, aplicado tanto a la realización como a la distribución y difusión de contenidos.

Todo comenzó en 2002. Con unos claros antecedentes que comenzaron en la década de los 90 (década en que los tradicionales efectos ópticos sobreimpresos sobre el celuloide fueron sustituidos por efectos digitalizados, siendo "Matrix", en 1999, toda una revolución en este apartado), el cineasta George Lucas marcó un antes y un después en la Historia del Cine con "Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones". Oficialmente, se trata de la primera película rodada enteramente en formato digital (con cámaras que Sony desarrolló específicamente para cine, las cuales grababan en cintas de alta definición que se podían volcar directamente en discos duros), lo cual, al margen de su calidad cinematográfica, la convierte en todo un hito en el séptimo arte.



Desde entonces dicha tecnología no ha dejado de evolucionar, no solo orientándose hacia el ámbito puramente profesional del cine, sino también derivando en una democratización casi total de este arte. No en vano, hace quince escasos años, rodar una película podía suponer un gasto económico prohibitivo, incluso a nivel amateur. Los rollos de celuloide (o cintas), el coste de edición y de revelado de la película... Solo este factor ya podía lograr que un rodaje se encareciera notablemente. La digitalización de las cámaras y de los procesos de edición han comportado una fiebre que se ha ido extendiendo y fortaleciendo a lo largo de la segunda mitad de esta última década, especialmente desde que, precisamente en 2005, fuese creada la plataforma YouTube (que dio paso a diversas competidoras, como Megavideo, Vimeo, DailyMotion...).

Así surgió la democratización del cine: un proceso que antes hubiese costado cientos (o miles) de euros, hoy en día puede hacerse por una mínima cantidad de dinero, o, directamente, sin coste alguno. Ello es posible gracias a las posibilidades que ofrece la tecnología digital aplicada al sector de las artes audiovisuales: se puede llevar a cabo un rodaje entero con una cámara digital de disco duro interno (las cuales ahorran un considerable dispendio en cintas MiniDV), editar todo el material con un ordenador y un disco duro externo (es recomendable disponer de uno), y, posteriormente, difundirlo mediante plataformas gratuitas de distribución de contenidos online (como las anteriormente mencionadas). Esta es la era del cine self-made, en la que surgen grandes artistas de los lugares más recónditos.

Un ejemplo: el uruguayo Federico Álvarez dirigió, por solo 300 dólares, un cortometraje de cinco minutos titulado "Ataque de Pánico", para el que convocó a medio centenar de extras y que combina acción rodada en imagen real con excelentes efectos digitales y modelos 3D. Lo sube a YouTube. En un momento dado, el cineasta Sam Raimi (director de las sagas "Evil Dead" y "Spider-Man", y de películas como "Arrástrame al Infierno") lo ve y queda realmente impresionado. Acto seguido, a Álvarez se le ofrece hacer una película a partir del argumento de su cortometraje, y, además de darle total libertad creativa a la hora de escribir el guión, se le pagará un sueldo de un millón de dólares y se le dará un presupuesto de 30 millones para hacerla realidad.

Como dijo Anton Ego en la maravillosa "Ratatouille": No todo el mundo puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista puede provenir de cualquier parte.

Ya para acabar esta pequeña reflexión sobre el peso que han pasado a tener los procesos digitales en el cine (aplicables también a la música, a la literatura e incluso a la pintura), me gustaría mostraros de qué manera las posibilidades que ofrece dicha digitalización afectó (mejor dicho, ayudó) a la realización de mi ansiado primer largometraje, "El Deseo Final". Se trata de una película que, con sus más y sus menos, resultó harto larga y compleja de rodar, y el proceso de edición no estuvo exento de complicaciones. Sin embargo, un rodaje y postproducción que, diez años atrás, me hubiesen costado miles de euros (no exagero, pese a que pueda parecerlo), con la tecnología actual fueron posibles de llevar a la práctica con poco más de 1000 euros (la inmensa mayoría destinados a pagar dietas a los actores), y con dicha tecnología obtuve un resultado muy cercano a la idea que tenía en mi cabeza sobre la película, especialmente en el apartado de fotografía y de efectos digitales. (Aprovecho la ocasión para hacerme algo de publicidad, de modo que aquí tenéis el trailer)

Para muestra, aquí os dejo una comparativa entre la imagen tal como se rodó (formato 1:85) y la película ya en DVD (formato cinematográfico, auténtico 2:35).


miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cortometraje "Los Invasores" (Jonathan Jiménez Angulo, 2009)


¡Buenas a todo el mundo!

Parece que las vacaciones navideñas me permiten tener esto un poco más activo.

Así pues, quisiera compartir con vosotros un cortometraje presentado al Notodofilmfest por un buen amigo y colaborador mío, Jonathan Jiménez Angulo. Se trata de "The Invaders" ("Los Invasores"), un corto de tres minutos y medio ubicado en el género de la ciencia ficción y ambientado en los años 50.

¡Espero que os guste y os pido que dejéis escritas vuestras opiniones!

Un abrazo, feliz Navidad.

sábado, 19 de diciembre de 2009

"Avatar": El Rey Cameron regresa a lo grande



James Cameron
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El hombre que nos aterrorizó con "Terminator". Que nos ofreció un intenso duelo mujer-bestia(s) en "Aliens". Que nos llevó a territorios desconocidos con "Abyss". Que nos hizo experimentar una auténtica montaña rusa con "Terminator 2: El Juicio Final". Que nos entretuvo a rabiar con "Mentiras Arriesgadas". Que nos ha regalado (para bien o para mal, guste o no guste) una de las películas más importantes de la Historia del Cine con "Titanic". Revolucionario de la técnica, clásico en lo narrativo, siempre supeditado a un buen guión y una buena historia al servicio de la tecnología: el Rey de los blockbusters de autor (lo siento, Spielberg, tras "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Plástico y de los monos digitales" has perdido tu trono, definitivamente). Sí, no he mencionado la lamentable "Piraña 2: Los Vampiros del Mar". Olvidemos que esa cosa existió, ¿de acuerdo?

La cuestión es que, después de doce años (nada menos) viviendo, gracias al exitazo de público y taquilla que supuso "Titanic", la bella vita y experimentando con las nuevas tecnologías (tanto los rodajes en 3-D y en IMAX, que potenció a través de varios documentales, como de nuevas maneras de crear efectos especiales), Cameron regresa con, no solo una nueva historia, sino con un nuevo e inexplorado mundo. Partiendo de una revisitación del clásico western sobre colonialismo ("Bailando con lobos" sería un claro exponente de este género) y tomando como obvio referente la mítica historia de "Pocahontas" (no en vano, la especie alienígena Na'vi está claramente marcada por los indios hurones en cuanto a estética se refiere, en una astuta parábola que traza el cineasta canadiense), Cameron utiliza los recursos estéticos que le brindan el 3-D y el espectacular diseño de escenarios y personajes cortesía de WETA Design (creadores de Gollum, entre otros trabajos) para sumergirnos de lleno en un mundo completamente nuevo.

Y por mundo entiendo
mundo. No me refiero a cuatro paisajes oníricos con algunos habitantes morando. Me refiero a algo distinto, mucho más propio de una novela que de un blockbuster como es "Avatar": un planeta con una atmósfera distinta (de hecho, irrespirable para el ser humano) y con un ecosistema propio, una fauna autóctona repleta de criaturas sorprendentes, escenarios maravillosamente detallados (¡E incluso creíbles dentro de la fantasía!), y una especie alienígena que no se ve reducida a una tribu global, (un reduccionismo en el que cualquier otro director hubiese caído con alarmante facilidad) sino que, dentro de dicha especie, existen clanes repartidos a lo largo de todo el planeta. Bienvenidos a Pandora, señoras y señores, un mundo propio en el que todos los seres conviven en armonía, unidos por un vínculo místico con la naturaleza. Por algo así, ya suelto diez eurazos encantado.

Pero la cosa no acaba ahí. Debo admitir que, en el momento de entrar en la sala, temía que la película se limitase a ser un ejercicio descriptivo de las bondades del 3-D, en detrimiento de la historia y de la calidad del libreto. Este temor fue acrecentado por determinadas críticas que acusaban a Cameron de haber escrito un guión banal y simplón. Bien, debo decir, tras verla, que no estoy en absoluto de acuerdo. Para empezar, el guión de "Avatar" mezcla con gran destreza diversos géneros y subgéneros: ciencia ficción,
western, narración descriptiva, cine bélico y aventuras. Después, es obligatorio tener en cuenta y mencionar que, pese a que el tratamiento de la historia no es especialmente fresco ni novedoso (algo de lo que, por otro lado, ya nos previno el cineasta), la obsesión por el detalle imperante en cada segundo de película en cuanto a cómo se relacionan los Na'vi entre ellos y con su entorno (¡Diantres, incluso tienen su propio alfabeto y lenguaje!) compensa con creces dicho "defecto" (lo entrecomillo dado que no me molestó en ningún momento que "Avatar" tuviese un argumento un tanto manido). Además, el bueno de James ha cuidado la historia hasta el último detalle, de manera que todo detalle tiene relevancia y un uso posterior dentro de la trama, e incluso las escenas aparentemente intrascendentes cobran un sentido más tarde, cerrándose la historia de forma ejemplar y sin cabos sueltos. A esto es lo que yo llamo un guión ejemplar, sin lugar a dudas.

Esto, a nivel de historia. Ahora es cuando llegamos al quid de la cuestión: ¿Cómo es "Avatar" a nivel visual? A modo de respuesta, solo puedo decir que el Oscar a los Mejores Efectos Especiales ya tiene ganadora, sin discusión posible. El 3-D contribuye a una experiencia totalmente inmersiva (jugando Cameron de forma muy elegante con las tres dimensiones de que dispone, utilizándolas constantemente a modo de profundidad de campo), pero, incluso en formato cinematográfico, el mundo creado por WETA Design e Industrial Light & Magic, pese a ser completamente digital (salgo algunos escenarios interiores, rodados en platós), resulta fotorrealista hasta el punto de que realidad y ficción se funden en una experiencia visual sin parangón.

Por no hablar de la labor de Cameron como director: pese a que en algunos momentos se excede un poco con las postales, en general nos brinda un trabajo cinematográfico impresionante, regalándonos batallas y escenas de destrucción que rozan tanto lo pictórico como lo apocalíptico, con estampas verdaderamente inolvidables (atentos a ese caballo corriendo en llamas, deudor de los títulos de crédito de "Terminator 2: El Juicio Final") y una planificación ejemplar en las escenas de acción, tanto a nivel de concepción y ejecución como de puesta en escena. Cuando la película llega a su media hora final, se convierte de lejos en una de las mejores épicas que servidor ha tenido el goce de ver. Debo añadir, además, que este film será todo un placer para los admiradores de la filmografía de Cameron, dado que el director y guionista se permite insertar, a lo largo de todo el metraje, obvias referencias a anteriores películas suyas.

En cuanto al trabajo de interpretación, en general este apartado está cubierto con mucha solvencia. Es difícil que en un mastodonte cinematográfico digital como éste destaque la labor de los actores (más aún cuando los propios protagonistas se ven cubiertos por una capa enteramente digital, quedando únicamente parte de sus rasgos y su expresividad dentro del personaje), pero, sorprendentemente, hallamos muy buenos registros dentro de Sam Worthington, Sigourney Weaver (esta mujer nunca falla), Giovanni Ribisi y Stephen Lang como el villano de la función. Sobre el trabajo de Michelle Rodriguez y Zoe Saldana poco puedo comentar, sinceramente, dado que el personaje de la primera es completamente plano y unidimensional y el de la segunda no pasa del topicazo "guerrera agresiva que demuestra ser buena en el fondo". Imperdonable que ambas, mujeres luchadoras, sean personajes tan poco definidos, dado que las heroínas siempre han sido la especialidad de Cameron. Ahí sí, un punto menos para el cineasta.

A modo de inciso, me gustaría comentar, eso sí, que la banda sonora de James Horner (que ya trabajó con Cameron en "Aliens, el Regreso" y "Titanic") no acaba de estar a la altura de las muy poderosas imágenes de la película. No es una partitura floja, de hecho, en ocasiones es incluso espectacular y poderosa (atentos a los cortes "Becoming one of the people/Becoming one with Neytiri" y "Gathering All The Na'Vi Clans for Battle"), pero en las escenas emocionales no acaba de reforzar lo que Cameron quiere transmitirnos, perjudicando en cierto modo a la propia película.

Pero esto, junto con el innegable hecho de que ni la historia (que cae en más de una ocasión en la previsibilidad) ni el diseño de los Na'vi sean especialmente originales, son solo detalles puntuales que no logran empañar un maravilloso regalo que Cameron nos ha hecho por Navidades: un regalo cinematográfico que funciona a las mil maravillas tanto como película con entidad propia (al margen del 3-D) como experiencia audiovisual.

Quince años de trabajo. Casi 500 millones de dólares de presupuesto. Una labor titánica, la obra de un genio, un antes y un después en la forma de entender el cine de espectáculo (sin que por ello el cuidado del detalle y el amor por la historia se hayan visto afectados, lo cual es muy loable).

El Rey ha vuelto.

Puntuación: 9/10


Puntuación de la Banda Sonora Original (James Horner): 7/10