miércoles, 17 de diciembre de 2008

¿Crisis? Para el currante sí, no para el político


Está claro que el pobre a currar y el rico a chupar del bote, que bien grande es. Porque de lo contrario no me explico cómo muchos allegados míos están, disculpad mis modales, pasándolas putas debido a la congelación [o directamente bajada] de sueldos y el comienzo de lo que será una larga recesión, mientras nuestros representantes electos malgastan fondos que no son suyos en propiedades que bien podrían ahorrarse adquirir [¿Tanta falta les hacen? Lo que yo digo, el poder corrompe].

Veamos casos concretos:

-Ernest Benach (Presidente del Parlamento): 9.276 euros en instalar un televisor, reposapiés y una mesa en su coche, perdón, limusina oficial modelo marca Audi-A8, la cual ya costó de por si 110.000 euros. En cuanto se descubrió el pastel, tuvo que disculparse públicamente y devolver la limusina al concesionario para que le retiraran esas mejoras. Pobrecito, tuvo que renunciar a su mesa de caoba y a su televisor; qué pena me da, claro, no tiene mesa en su trabajo ni tele en su mansi... digo, casa.

-Juan Alberto Belloch (Alcalde de Zaragoza): Al Ayuntamiento de Zaragoza caro le está saliendo construir un nuevo despacho para el señorito Belloch (PSOE), quien ha sido tildado de "derrochador" por la oposición del PP. No soy seguidor del Partido Popular, es más, me confieso de izquierdas moderado, pero en este caso me parece justo concederles la razón.

-Alberto Ruiz Gallardón (Alcalde de Madrid): Ahora entiendo lo de Benach; no es fácil ver que el señor Gallardón [el único político español actual al que considero capaz de cambiar su ideología política según el viento que sople] se pasea con un flamante Audi A-8 de
591.624 euros. Por otro lado, Esperanza Aguirre, "por motivos de seguridad" [ejem] ha "preferido no revelar" el precio de su vehículo oficial.

Sumad a esto dos milloncejos de euros invertidos por el Senado en mejorar los teléfonos móviles de sus señorías; 250.000 euros que el señor Mariano Barroso (Ministro de Justicia) se pulió en mejorar el piso oficial donde vive; 200.000 euros que el Ayuntamiento de Barcelona ha despilfarrado en conseguir varios árboles ecológicos [entre otras pijadas]... Suma y sigue, y vuelta a empezar.
Y luego me preguntan que por qué no creo en los políticos. Manda cojones la preguntita, se nota que el que la formula no lee noticias de este tipo. Para que luego digan que el país está en crisis. Lo que aporto es: con derroches [y derrochadores] como estos, ¿¡cómo no va a estarlo!?

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