viernes, 28 de noviembre de 2008

El Facebook supera a la ficción


La vida es un sinsentido, una pura y constante hegemonía del absurdo. La prueba: incidentes como este. La tecnología socializadora, Facebook en este caso, con connotaciones e intenciones a priori positivas, ha resultado contraproducente para uno de sus usuarios.

La noticia de la cual extraigo esta breve reflexión proviene de la página web del diario 20 Minutos (ahora os preguntaréis porqué recurro tanto a esta página web y a este diario en concreto pudiendo acceder a otros de "más categoría"; aparte de, pese a sus imprecisiones gramáticas, ser una página web modélica en cuanto a interactividad, y ni su intencionalidad ni los contenidos no están tan contaminados como, por ejemplo, en "El País" o "El Mundo") resulta como poco delirante, entrando ipso facto en esa categoría de noticias que uno lee con una creciente sonrisa irónica.


El hecho de que pillaran a este moroso a través de una herramienta que, en principio, dudo que llegara a considerar como posible causa de su declive económico y laboral, puede mirarse desde dos prismas diametralmente opuestos: el primero, consiste en aplicar una mirada compasiva al joven, compadeciéndole por sus circunstancias y lamentando su mal uso del Facebook; el segundo, optar por el clásico "¡Le está bien empleado!" y encontrar ventajoso el hecho de que se pueda localizar a deudores, estafadores y demás con una simple combinación de agudeza mental y buena aplicación de las últimas tecnologías.


Sea como fuere, esta noticia resulta jugosa en el sentido de dar para pensar sobre la cada vez mayor influencia de los avances tecnoinformáticos sobre nuestra vida cotidiana y su transcurrir, además del peso que tiene sobre nuestra privacidad. Y, por supuesto, nos demuestra hasta qué punto es absurda la forma en que funciona la vida, y que la realidad (en este caso, el Facebook) supera a la ficción.

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